viernes, 19 de abril de 2013


 PERSONAJES QUE DAN VIDA AL PAISAJE URBANO

Por: Juan Aarón CHONG HONG

El dominio de la oratoria es casi perfecto, el tono de voz baja o sube, la modulación, los gestos, los ademanes  en total sincronía con la palabra.
Las frases cual agua en cascada brotan y caen, la temática invariablemente es la misma: “La Palabra de Dios”.

Muy pocos saben o quizá nadie, ¿Quién es, cómo se llama, de dónde viene?, lo único cierto es que casi todas las mañanas, ahí, en las puertas de lonchería ubicada a escasos pasos de Palacio Municipal, con bastón y bote en mano un anciano sin duda alguna ya de la tercera edad y que la voz popular lo ha “bautizado” con el nombre del “Predicador” alegra a muchos el corazón y a otros les enaltece el alma o el espíritu.

La coordinación es total, a borbotones surgen las palabras, se enhilan en frases perfectamente estructuradas, las alabanzas, los cánticos surcan el ambiente, llegan y hacen mella en aquellos comensales mañaneros, algunas monedas van a parar al vaso azul que en la mano izquierda sostiene “El Predicador”

Ni el tintineo de las monedas al chocar entre sí distraen la prédica, los segundos se transforman en minutos y se ajusta la hora, una torta por acá y otra por allá, y el “maistro Vilo” en su estanquillo despacha los “yogurt”, los refrescos de colas y la prensa escrita, clientes van y clientes vienen, el embotellamiento en esquina es a cada instante, cada quien en su actividad mundana.

Entre todo esta amalgama de “sabores y colores” y quizá más allá de los pecados terrenales, ahí en su “púlpito” el “Predicador” calla, despacio, lentamente desliza sus pasos, un bastón en su mano, una bolsa de nylon y un vaso con algunas monedas forman parte de su mundo, un mundo que quizá es mucho mejor que aquel en donde nosotros los comunes mortales vivimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario